Tango, amor desconsolado.

El tango, con sus orígenes híbridos y su esencia melancólica, ha cantado al amor desde sus inicios acompañado de un baile casi ritual.

«Tango, amor desconsolado» es una travesía poética, un viaje a través de las intrincadas sendas del amor.

Bajo la dirección de Juan Esteban Cuacci, el piano deviene confidente; cada nota, un latido y en cada silencio, palpita un anhelo.
En la voz de Mariel Martínez, encontramos el eco de amores perdidos y amores encontrados.
Su canto es la voz del corazón que se arriesga a amar.
La viola de Silvina Álvarez, nos sumerge en la melancolía de los recuerdos, mientras el contrabajo de Laura Asensio López nos lleva a las profundidades del deseo.

En el rincón iluminado del escenario, Rebeca Núñez y Mariano Otero se convierten en el lenguaje del tango, danzando como almas errantes en la pasión y el éxtasis.
Sus cuerpos narran historias de amor y deseo, llevándonos a lugares donde solo el tango osa aventurarse.

Entre tango y tango, surgen las palabras de Cortázar, Borges y Alejandra Pizarnik que tejen una narrativa que nos invita a reflexionar sobre la naturaleza misma del amor.

Tango, amor desconsolado